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27 enero 2012

Crítica de la novela "El sueño del celta", deMario Vargas Llosa

El sueño del celta                                                                         Mario Vargas Llosa
Alfaguara, 2010


          Novela última de las publicadas por el flamante Premio Nobel de Literatura, se centra en la vida de Roger Casement (1864-1916), irlandés y el primer europeo que denunció de forma tajante los muchos abusos cometidos por los europeos en sus territorios conquistados de África y América Latina, por lo que se convirtió en un crítico feroz del Imperio Británico, del que había recibido el nombramiento de caballero, por lo que su figura de revolucionario se fue perfilando cada vez más en un luchador de su causa, siempre sorteando peligros hasta llegar finalmente a la muerte, en un último acto de sacrificio a su idea liberadora de su país natal de su anexión a Inglaterra.

            La técnica narrativa de esta obra se basa en dos espacios temporales distintos pero alternados: el primero se inicia en 1916, año en el que está en prisión acusado de sedición y a la espera de que se cumpla su condena a muerte o ésta sea conmutada; y el segundo, se retrae hasta la infancia de Casement, cuando era un niño irlandés en el que se empezó a pergeñar la figura del revolucionario que llegaría a ser con el tiempo, y cuando se traslada como diplomático inglés hasta África, volviendo al presente carcelario del protagonista a la espera de conocer cuál será su destino: si la muerte o la conmutación de la pena capital en otra menor.

            Se advierte en toda la obra una gran cantidad de datos, fruto de los muchos años dedicados por el autor a la investigación de la situación real de esos países en la época novelada y las vejaciones a las que eran sometidos los indígenas por parte de los países colonizadores. Sin embargo, no se advierte demasiado interés por el autor en describir el proceso transformador del diplomático en funciones en un revolucionario contra la propia potencia a la que representaba, por los abusos cometidos contra los naturales de los países en los que dominaba políticamente. Vargas Llosa traza un escuálido proceso de transformación psíquica del personaje, pero no escatima detalles, por escabrosos o sangrientos que sean, de las muchas indignidades de las que son víctimas los peruanos y congoleños y que repite de forma tan exhaustiva que llegan a hastiar al lector, porque el protagonista no narra lo que ve y presencia en primera persona, sino que relata los comentarios y datos que le llegan de forma anónima sobre los abusos cometidos hacia los aborígenes. El lector no puede imaginarse tanta atrocidad sufrida por miles de individuos sin nombre, ni rostro ni identidad conocida, por lo que puede llegar a resbalarle en las manos las múltiples páginas dedicadas a la expresión continua, detallada y prolija de tales infamias cometidas por los colonizadores y sufridas por seres múltiples y anónimos por los que el lector no puede sentir nada más que el horror de unas cifras, pero con la ausencia de la empatía que se siente hacia los semejantes a los que se ve y oye.

            El desequilibrio entre los dos planos temporales narrativos: el primero en el que transcurre en la cárcel y, el segundo, en su actividad de revolucionario, hace que el autor intente paliar ese desequilibrio argumental y, por ello, expone a modo de simple recuerdos en el primero, cuando está encarcelado, algunos momentos de su vida azarosa de lucha por liberar su país, pero da tal cantidad de datos en esa primera parte sobre lo que hacía en su etapa de lucha activa que, cuando vuelve a ese segundo momento narrativo, parece estar explicado todo con antelación en forma de recuerdo y en su etapa posterior carcelaria por lo que parece reiterativo la nueva mención de tales hechos; quedando así la primera etapa narrativa a una sucinta mención de algunas escasas visitas y la relación que tiene con el sheriff que es el carcelero.


            El argumento, rico en matices y en datos históricos, cuando se ha trasladado al libro, parece que no ha dado todos los frutos que debiera, porque no existe una definición detallada del personaje principal, sus angustias, inquietudes, contradicciones y esa lucha interna que es normal en quien sufre una transformación de la índole que sufre el protagonista y que es presentado sin claroscuros, como un personaje firme, pétreo, pero poco interesante por la falta de la dimensión humana necesaria. Su homosexualidad tampoco le sirve al autor para estudiar y perfilar mejor la personalidad de Casement y hace sólo referencias a sus encuentros con hombres, tanto reales como fingidos, que anota en su diario, pero sin la hondura e intensidad que requiere el tema en sí y el personaje en cuestión.

            No se puede afirmar que ésta sea una de las mejores novelas de Vargas Llosa porque le falta la riqueza de expresión, la intensidad descriptiva de sus personajes que sí ofrecían otras obras anteriores, la rica imaginación que se encuentran en otras novelas de este gran escritor, como si esta obra fuera el fruto de un momento de cansancio después de tantos años dedicados a la escritura de la que nos ha dado excelentes muestras, pero todo ello hace pensar y desear que este bajón narrativo, en cuanto a lo que ha escrito antes, sea temporal y pronto pueda ofrecer obras de la talla literaria a la que nos tiene acostumbrados.

      El sueño del celta es una novela ambiciosa en cuanto a escenario, historia y planteamiento, pero que no ha dado de sí todo lo que se podía esperar de tan excelente escritor.

06 septiembre 2011

ARTURO PÉREZ REVERTE

Arturo Perez-Reverte


por Ana Alejandre

Arturo Pérez-Reverte, novelista y periodista español, nació en Cartagena, en noviembre de 1951. Poco se conoce de su niñez que transcurrió en su tierra natal.

Actualmente, apartado del periodismo al que ha dedicado más de veinte años como corresponsal de guerra de prensa, radio y televisión en los conflictos internacionales más importantes como fueron la guerra de Chipre, diversos períodos de la guerra del Líbano, la guerra de Eritrea, la guerra del Sahara; así como en el conflicto de las Malvinas, la guerra del Salvador, la de Nicaragua, la guerra del Chad, la crisis de Libia, las guerrillas de Sudan, la guerra de Mozambique (1990), la guerra de Angola y el golpe de estado de Túnez, además de: la Revolución de Rumanía (1989-1990), la crisis y guerra del Golfo (1990-91), la guerra de Croacia y la guerra de Bosnia (1992-1994)

Se inició en el periodismo en el diario Pueblo en el que trabajó doce años y pasó luego a los servicios informativos de Radio Televisión Española donde permaneció otros nueve y prosiguió en radio y televisión, alcanzando gran notoriedad en dichos medios.

Actualmente, se dedica exclusivamente a la literatura y ha creado, entre otros, el famoso personaje del Capitán Alatriste. 


Desde 1991 escribe como columnista en el semanario XL Semanal, suplemento del grupo Correo que se distribuye conjuntamente con más de 25 diarios españoles, considerándose una de las secciones más leídas de la prensa española, pues ha llegado a alcanzar la cifra de más de cuatro millones y medio de lectores.

En 1986 publicó su primera obra El húsar, que transcurre en la época de la invasión napoleónica de España; El maestro de esgrima, en 1988, que retoma la época de la revolución de 1868, a las que siguieron La tabla de Flandes, 1990, que se basa en un cuadro flamenco a través del que se investiga un crimen acaecido en el siglo XV. Otros títulos son El Club Dumas que utiliza el mismo pretexto narrativo en forma de grabados. La sombra del águila (1993), Territorio comanche, de 1994, La piel del tambor (1995), Un asunto de honor (Cachito), (1995), Obra breve (1995) y La carta esférica (2000). Además La reina del sur, novela que trata de la vida de la narcotraficante Teresa Mendoza, personaje fronterizo y que logró convertirse en la cabecilla de un poderoso clan de narcotráfico. En 2004 publicó su novela Cabo Trafalgar, cuyo tema principal es la batalla naval del mismo nombre que tuvo lugar en 1805, y en la que combatieron la flota hispano francesa contra la británica. Además, ha publicado El pintor de Batallas (2006) que se considera su obra más intimista y de profunda sinceridad, porque en ella se refleja al verdadero Pérez-Reverte sin artificio; Un día de cólera (2007), Ojos azules (2009) y El asedio ( 2010), su última novela.

Además escribió la serie dedicada al Capitán Diego Alatriste, capitán español de los Tercios de Flandes que, paradójicamente, no era capitán, pero eso no desdice al famoso personaje que cuenta con el fervor de innumerables lectores. Este personaje con claroscuros, como cualquier ser humano, está magistralmente ambientado en su época, siglo XVII, es el protagonista central de excitantes aventuras en las que intervienen sus amigos y compañeros con los que vive innumerables e inolvidables peripecias. Ofrece títulos como El capitán Alatriste (1996), Limpieza de sangre (1997), El sol de Breda (1998), El oro del rey (2000) y El caballero del jubón amarillo (2003) que ha sido considerado uno de los éxitos editoriales más importantes de los últimos años; y, la última entrega, Corsarios de Levante (2006)

Sus artículos publicados en prensa entre 1998 y 2009 ofrece títulos como Patente de corso (1998), Con ánimo de ofender (2001).No me cogeréis vivo (2005) y Cuando éramos honrados mercenarios (2009)

Algunas de sus obras han sido llevadas al cine con gran éxito, como la novela El maestro de esgrima, de 1992, y dirigida por Pedro Olea;Territorio comanche, en 1997, dirigida por Gerardo Herrero. Además, algunas de sus obras han servido de guión de películas, como fue el caso de El club Dumas que inspiró La novena puerta, de 1999, que fue dirigida por Roman Polansky.

Es académico de la Real Academia Española, en la que ingresó el 12 de junio de 2003, y su discurso de presentación tuvo el título singular de El habla de un bravo del siglo XVII.

Su obra está traducida a numerosos idiomas y se le considera uno de los escritores millonario en ventas y lectores que le profesan una total fidelidad por su estilo inigualable. 


Obra:

Su obra literaria está influenciada tanto por la tradición de la novela histórica y la novela policíaca, pues se desenvuelve en ambas con absoluta facilidad y cuenta con un número de seguidores fieles que lo han convertido en uno de los escritores españoles con mayor índice de ventas.

El lenguaje que utiliza en toda su obra, en general, es llano, claro, directo, incluyendo en su prosa las expresiones comunes en el habla del ciudadano medio, incluso aquellos términos malsonantes y propios de la jerga juvenil, lo que le ha permitido hacerse popular y muy admirado por jóvenes lectores que ven en él la frescura y espontaneidad que tanto les fascina, por adaptarse a sus modos y formas de expresión, además de ofrecer aventuras y acción en todas sus novelas, tanto históricas como actuales. Su estilo narrativo es el apropiado a los libros de acción y de historia novelada que crea, aunque cuida mucho, con un especial mimo, aquellos vocables y expresiones propios de la época relfejada en cada ocasión, a lo que le ayuda el equipo de documentalistas que le asesoran en las obras de tinte histórico, rescantando del olvido vocables y expresiones que son de un riqueza linguística singular.

Su narrativa, por tanto, entronca en cuanto a los personajes y escenarios que recrea con los de Pérez Galdós y Pío Baroja, salvando las diferencias temporales y de personalidad que existen entre ellos. Pérez-Reverte es un escritor de historias y, por ello, cuenta hechos, aventuras, batallas, amores y desamores, pero en todas predomina la acción, la sucesión continua de hechos que arrastra al lector en su desarrollo. Especialmente, las novelas dedicadas a su personaje el capitán Alatriste, situada en el siglo XVII, en el que el personaje, miembros de los Tercios de Flandes, revela no sólo la pericia de su narración flucida para contar sucesos, sino el profundo conocimiento que tiene de la época reflejada y que le ha valido un gran número de seguidores fieles a su estilo personal y distinto a todos los que se encuentran en el ámbito literario español


(La relación de sus obras. por fecha de publicación, se puede ver en el apartado de 
Bibliografía.
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Véase: 

ARTURO PEREZ-REVERTE: LA SONRISA DEL CAZADOR,JOSE BELMONTE SERRANO, NAUSICAA, 2003

SOBRE HEROES Y LIBROS: LA OBRA NARRATIVA Y PERIODISTICA DE ARTURO PEREZ-REVERTE

JOSE BELMONTE SERRANO, y JOSE MANUEL LOPEZ DE ABIADA, (EDS.) NAUSICAA, 2003

Citas de Arturo Pérez-Reverte

"Barro, sangre y mierda. Eso era la guerra, eso era todo, Santo Dios. Eso era todo." 

El Húsar (Madrid, Ediciones Akal, 1986), pág. 158. ISBN: 84-7600-103-7.

"En fin, lo que lamento profundamente es que, a partir del siglo XVIII, en España no se hermanara, como hizo la Revolución Francesa, la palabra ciudadano con patria, solidaridad, bien, esfuerzo y memoria común. Aquí no hubo guillotina para obispos, reyes y aristócratas; aquí siempre se ha fusilado a los mismos y de manera equivocada."

«Cualquiera que haya leído Historia de España sabe que aquí hemos sido todos igual de hijos de puta».[
sin fuentes]

«Me encanta este país. Lo juro. Por eso no me voy».[sin fuentes]

«Somos 45 millones de humoristas involuntarios».[sin fuentes]

"Es terrible que gente que no tiene la menor cultura, ni la menor memoria; gente que carece de los más elementales conocimientos históricos, fundamentales para la política, se atreva a entrar como elefantes por cacharrería en cuestiones tan delicadas para las que hace falta mucha cultura, mucho conocimiento y mucha lucidez. Por eso, cuando uno ve a un animal de bellota, con corbata fosforito o con lo que lleve, hablando de memoria histórica, se pregunta uno en manos de quiénes estamos. En este país de bobos mezclamos las cosas. Memoria histórica es toda, desde los iberos, los celtas, árabes o Flandes hasta las épocas más recientes. Pero es que la incultura es muy osada, muy atrevida, y en España hay incultos especialmente atrevidos."
 

Presentación de Corsarios de Levanteº

"Es un error grave mirar al pasado con los ojos del presente".
 

Presentación de Corsarios de Levante

"Es un error grave pedir a los novelistas que asuman compromisos públicos. Rechazo cuando me piden vincular mi trabajo, mi vida, mi pensamiento con la realidad inmediata. Puedo hablar de ella, pero nada me obliga ni a serle fiel. Yo soy un novelista de infantería, normal. En cambio, José Saramago -que es muy amigo mío y le respeto- sí tiene un compromiso político que le trasciende y lo proclama; y por ello, una obligación moral con ese compromiso."

"Yo he visto arder muchas bibliotecas, muchas ciudades bombardeadas, y he visto mundos enteros irse al carajo con apretar un botón. Eso me ha liberado de incertidumbres y me ha dado seguridad. Qué paradoja más grande: una de esas seguridades es que da lo mismo. Hay gente empeñada en construir obras literarias, acueductos o catedrales con la intención de pervivir. Están equivocados. Todo es más simple: yo escribo, tengo una biblioteca y navego. Ésa es mi vida, me basta y me sobra. Pretender universalidades, trascendencias, reconocimientos... "

"Lo que pasa desde hace cuarenta años es que estamos perdiendo la memoria o manipulándola de una manera infame. Y estamos pagando el precio; si un país es una catedral y la gente son las piedras, la historia es la argamasa. Sin argamasa no hay piedras que valgan. Cuando se habla de «recuperación de la memoria histórica» sólo se recuperan los últimos setenta y cinco años. Y yo me refiero a tres mil años. Y ése es un pequeño matiz. Sin ningún complejo: esto es Grecia, más Roma, más la latinidad medieval, más el Renacimiento, más el Barroco, más América con naves españolas en ida y vuelta, más la Ilustración, más la Europa de las ideas, las libertades, la Revolución Francesa y todo eso. Esto es un resultado de tal cadena. En el momento en el cual se escamotean los eslabones, en el momento en el cual se ocultan los momentos de ese largo proceso, se está eliminando todo aquello que da unidad y que es vertebrador. "

" Hay una cosa que no le perdono ni a la derecha ni a la izquierda. Que la izquierda haya dejado la idea de España como patrimonio exclusivo de la derecha y que ésta haya abusado de ello. Cierto, el franquismo contaminó la historia de España: le puso camisa azul al Cid, a los almogávares y a los Tercios de Flandes; pero cuando cambia el régimen, en vez de purgar la memoria de esa contaminación, lo que se hace es decir «cómo está contaminada», y entonces se la tira por la ventana, se barrena, se aplasta, se aniquila; con todo lo cual nos dejan indefensos. Y entonces, ¿qué pasa? Palabras contaminadas por el franquismo, como España, se dejan en manos de la derecha y a partir de ahí, todo lo que tiene que ver con patria, con bandera, con historia, con tradición en su sentido más noble, nos suena a derecha, y claro, es malo y sospechoso... Han conseguido que sea «sospechoso» todo lo que tiene que ver con nuestra memoria. Y en eso, insisto, han sido tan culpables el PP como el PSOE. Entre todos nos han desmantelado. Que alguien diga que la palabra España es franquista cuando «Hispania» nombraba a la provincia romana es ridículo.

"No creo que muchos diputados hayan leído un solo discurso de Cánovas, Sagasta, Prieto, Azaña, Sagasta o Calvo Sotelo. Desconocen la tradición parlamentaria de la Restauración y de la II República. Estamos en manos de unos políticos que están haciendo una España virtual que no tiene nada que ver con la realidad. Si paras en cualquier taberna de pueblo o cualquier bar de carretera, allí donde haya trabajadores, te das cuenta de un divorcio absoluto. Se han construido una España política sólo para ellos, en la cual medran y se acuchillan, aunque luego se van a comer juntos tras el número parlamentario. Y esto es indignante."

"Napoleón nos hizo polvo. En España había un movimiento al que se llamaba «afrancesado» y que reunía a gente como Moratín y Goya, culta, con ideas renovadoras, y la invasión provocó su aplastamiento. Hay que decirlo: buena parte de la culpa la tuvimos los españoles, porque no se trata sólo de que llegara un rey malo que arrasó las libertades alcanzadas en la Constitución de 1812; sino de que los españoles también las tiramos por la ventana. Éste era un país tan miserable, tan cobarde, tan inculto, que cuando recibió una constitución avanzadísima, concebida en el papel por gente de bien y que le daba libertad, en vez de levantarse en su apoyo, se une al carro del despotismo y secunda a Fernando VII en la persecución del espíritu liberal. [...] Hay una excusa y es que la gente era analfabeta. Nadie le había enseñado a pensar, estaba en manos de curas fanáticos, de reyes incapaces y de ministros corruptos. Igual se apuñalaba franceses que liberales y luego ibas a misa y te absolvían. Pero ya no es así, la educación es universal y gratuita, existe internet, hay libros de bolsillo, el que quiera puede acceder a la cultura. Hoy es inculto el que quiere. El campesino que pegaba fuego a la iglesia de su pueblo y mataba al cacique en el año 36 quizá tenía una explicación histórica. Ya no; el que hace caso omiso al progreso y la solidaridad es por cobardía, por apoltronamiento y por bajeza moral. Cuando gritamos «¡Vivan las cadenas!» es porque queremos tenerlas. En España nos sigue dando miedo la libertad responsable, aunque la otra nos encanta... Poder mearnos en la esquina nos pone."

"Los medios igual que hacen el mayor bien cuando denuncian la injusticia, también hacen el mayor mal cuando, atentos al libro de estilo de lo políticamente correcto, manipulan la realidad. Reproducen lo que es la sociedad y luego la sociedad se retroalimenta de ellos. Lo peor es que hoy no existe el espíritu crítico que hubo en España desde finales del siglo XIX hasta la II República. ¿Qué gente hay a la altura de Ortega en la derecha o en la izquierda? España es un país especialista en perder oportunidades. Entre el 98 y el 36 hubo una gran oportunidad; de la misma manera que la hubo a caballo de los siglos XVIII y XIX y que se perdió con la invasión napoleónica y Fernando VII. Y eso ha dejado un agujero que no se ha podido llenar con nada."

"El maestro debe inspirar al alumno temor y respeto. [...] La admiración va incluida. El maestro es alguien superior que tiene un conocimiento superior y lo transmite a los alumnos. Ésa debe ser la base. A lo mejor ésta es una concepción que ya no tiene que ver con la realidad, pero es en la que creo. Hablamos de la educación de chicos que a los veinte años tienen que tener conocimientos elementales de su cultura, su historia, su entorno. Cualquiera que tenga un hijo en edad escolar tiene que estar subiéndose por las paredes, y no por las clases de religión, qué puñetas, sino por el desmantelamiento de la cultura en todos los órdenes."
 

Entrevista

"España es un país cada vez más inculto"
 

Diario El Mundo, 11/5/2007

"El español no es una lengua nacionalista, porque no es una seña de identidad para nadie; es plurinacional y multilingüe. A pesar de lo que dicen los estúpidos y los manipuladores, es una lengua generosa, abierta, donde cabe todo el mundo y donde cualquier variante documentada con rigor es incorporada".
 

Diario El Mundo, 11/5/2007

"[...]España, el sur, la vieja cultura de la Europa mediterránea, sólo podían intuirse desde lugares como aquél. Sevilla era una superposición de historias, de vínculos imposibles de explicar unos sin otros. Rosario de tiempo, y sangre, y rezos en lenguas diferentes bajo un cielo azul y un sol sabio que todo lo igualaban en el transcurso de los siglos. Piedras supervivientes a las que aún era posible oír hablar. Bastaba olvidarse un momento de las cámaras de vídeo, las postales, los autocares cargados de turistas y jovencitas impertinentes, y acercar el oído a ellas, escuchando.
 

La piel del tambor (Círculo de Lectores, Barcelona) pág. 92.

«¿No se sintió nunca como uno de esos peones de ajedrez pasados, que se olvidan en un rincón del tablero y oyen apagarse a su espalda el rumor de la batalla mientras intentan mantenerse erguidos, preguntándose si queda en pie un rey al que seguir sirviendo?»
 

La piel del tambor.

"Para un reportero en una guerra, territorio comanche es el lugar donde el instinto dice que pares el coche y des media vuelta; donde siempre parece a punto de anochecer y caminas pegado a las paredes, hacia los tiros que suenan a lo lejos, mientras escuchas el ruido de sus pasos sobre los cristales rotos. Territorio comanche es allí donde los oyes crujir bajo tus botas, y aunque no ves a nadie sabes que te están mirando"
 

"Territorio Comanche"

"Todos somos nacionalistas de algo: la lengua, la memoria, la cultura, la infancia. El fútbol. Pero creo que el senador Maqueda hablaba de otro nacionalismo: el que se envuelve en la bandera local, el exclusivo y excluyente, el de nosotros y ellos. El patológico. El que manipula instintos y sentimientos para conseguir perversa rentabilidad política. Y por ahí, no. En ese sentido, algunos no nos sentimos nacionalistas en absoluto."
 

En el suplemento dominical XLSemanal del Diario ABC, 18 de junio de 2006, refiriéndose a las palabras del senador del PNV Francisco Javier Maqueda Lafuente.

"Todo el mundo -incluso los japoneses y, si me apuran, los norteamericanos- tiene derecho a viajar y a la cultura, suponiendo que viajar pueda todavía considerarse cultura.[...] Mas convendrán conmigo en que asomarse a una ventana del hotel Daniel de Venecia y encontrar los canales literalmente atestados por miles de japoneses en góndola, o vivir en el Crillón de París rodeado de fulanos de Arkansas que hablan por la nariz, llevan gorras de béisbol y preguntan dónde está la fontana de Trevi, le quita el encanto a cualquier cosa"
 

Fuente: columna en XLSemanal del 1 de Junio de 1997: "Aquellos viejos hoteles"

"Y es que la Historia sólo está muerta para los imbéciles, o para los que gallean de nación pero no comparten la palabra: mierdecillas aldeanos que, por defender la memoria propia, niegan y ofenden la de otros. O, peor aún, la memoria que ellos mismos tienen en común con otros; que, además, suele ser casi toda."
 

Fuente: columna en XLSemanal del 9 de enero de 2005.

"Yo soy jacobino y creo que los estados deben ser fuertes y que la educación debe ser férrea y medieval. Digo que los estados deben ser fuertes, no autoritarios ni totalitarios. Entre los jacobinos no hay nacionalismos posibles, sino un país solidario y a marcar el paso; y el que no quiera ser libre, lo va a ser a garrotazos".
 

Entrevista

"Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado."
 

XL Semanal, Permitidme tutearos, imbéciles.

"Uno puede desayunarse cada mañana viendo en los periódicos y la tele cómo gudaris y otros paladines catalaúnicos, celtas, euskaldunes, andalusíes o de donde sean, incluso cretinos bocazas peinados de través como el coqueto y casposo Iñaki Anasagasti, meten el dedo, removiéndolo, en cuanto ojo encuentran a mano, con tal de joder un poquito más, o se limpian las babas con cualquier bandera que no sea la de su parcelita. Pero que a los demás no se nos ocurra, por Dios, hablar de Historia, ni de España, ni de nada, ni siquiera en términos generales, que no coincida exactamente con lo expuesto en el escaparate de su negocio. Hasta ahí podíamos llegar. (...) Veinticinco siglos de memoria documentada, bibliotecas, viejas piedras y paisajes no tienen la menor importancia frente a la historia local reescrita por mercenarios de pesebre, que es la única que les importa. Mal acostumbrados por gobernantes expertos en succionar entrepiernas a cambio de votos –desde el amigo Aznar al pacífico Zapatero–, a los patriotas de cercanías les sienta fatal que alguien les lleve la contraria a estas alturas del desmadre, cuando gracias
 a la cobardía, la incultura y la estupidez de la infame clase política española todo parece estar, por fin, al alcance de su mano. Quisieran esos pseudohistoriadores de tebeo que, cada vez que llega una de sus cartas refutando con argumentos de hace tres días lo que gente docta e inteligente tardó siglos en acumular, probar y fijar, yo me levante de la mesa, vaya a mi biblioteca, y ante los veinte mil libros que hay en ella, ante las catedrales, los castillos, los acueductos romanos, las iglesias visigodas y los museos, ante los documentos históricos conservados en los archivos de toda España y de medio mundo, diga: «Mentís como bellacos. Acaba de poneros patas arriba mi primo Astérix con dos recortes de periódico, cuatro cañonazos de Felipe V y las obras completas de Sabino Arana». Encima, oigan, algunos amenazan con no leerme nunca más, o juran que no volverán a hacerlo en el futuro. Para castigarme por españolista, por facha y por cabrón. Y qué quieren que les diga. Que sin lectores así puedo pasarme perfectamente. Que vayan y lean a su puta madre." 

XL Semanal, Patriotas de cercanías.

"No tengo nada contra las lumis [prostitutas], ojo. Alguien tiene que parir a ciertos políticos de los que mojan en nuestras diecisiete salsas y nos animan el telediario."
 

XL Semanal, Putimadrid la nuit.

"España es uno de los países más afortunados del mundo, y al mismo tiempo el más estúpido. Aquí vivimos como en ningún otro lugar de Europa, y la prueba es que los guiris saben dónde calentarse los huesos. Lo tenemos todo, pero nos gusta reventarlo. Hablo de ustedes y de mí. Nuestra envilecida y analfabeta clase política, nuestros caciques territoriales, nuestros obispos siniestros, nuestra infame educación, nuestras ministras idiotas del miembro y de la miembra, son reflejo de la sociedad que los elige, los aplaude, los disfruta y los soporta."
 

Un facha de siete años

"Podríamos mandar a tomar por saco ese viejo trapo y hacer uno distinto. Al fin y al cabo sólo existe desde hace dos siglos y medio. Podríamos encargarle una bandera nueva, más actual, a Mariscal, a Alberto Corazón, a Victorio o a Lucchino. O a todos juntos. Pero es que iba a dar igual. Tendríamos las mismas aunque pusiéramos una de color rosa con un mechero Bic, un arpa y la niña de los Simpson en el centro; y en las carreteras, el borreguito de Norit en vez del toro de Osborne. El problema no es la bandera, ni el toro, sino la puta que nos parió. A todos nosotros. A los ciudadanos de este país de mierda."
 

Un facha de siete años

"Cuando hace años murió alguien muy cercano y querido para mí, en el momento de bajarlo a la tumba alguien, entre sus amigos, comentó: «Era un hombre honrado y un caballero». Y qué quieren que les diga. Me pareció el mejor epitafio que un hombre puede desear para sí mismo, pero temo que nadie dirá eso en mi funeral. No porque pueda o no pueda serlo, que ése es asunto mío y no viene al caso; sino porque dudo que alguien aprecie todavía el valor de esas palabras. Ahora, honrado es sinónimo de tonto, y en la puerta de los servicios de los bares llaman señora y caballero a cualquiera."
 

Viejas palabras que nadie enseña

"Así, felices de habernos conocido, seguimos galopando alegremente, toctoc, tocotoc, hacia la nada absoluta. Todavía hay tontos del ciruelo –y tontas del frutal que corresponda– sosteniendo imperturbables que leer en clase en voz alta no es pedagógico. Que ni siquiera leer lo es; ya que, según tales capullos, dedicar demasiado tiempo a la lectura antes de los 14 años hace que los chicos se aíslen del grupo y descuiden las actividades comunes y el buen rollito. Y eso de ir por libre en el cole es mentar la bicha; te convierte en pasto de psicólogos, psicoterapeutas y psicoterapeutos. Cada pequeño cabrón que prefiere leer en su rincón a interactuar adecuadamente en la actividad plástico-formativo-solidaria de su entorno circunflejo, por ejemplo, torpedea que el día de mañana tengamos ciudadanos aborregados, acríticos, ejemplarmente receptivos a la demagogia barata, que es lo que se busca. Mejor un bobo votando según le llenen el pesebre, que un resabiado culto que lo mismo se cisca en tus muertos y vete tú a saber."
 

Subvenciones, maestros y psicopedagilipollas

"Me hubiera gustado ser francés hace unas semanas, el día que entró en vigor la ley prohibiendo el uso del velo en los colegios públicos de allí. En un ejercicio admirable de civismo republicano, los dirigentes musulmanes franceses dijeron a sus correligionarios que, incluso pareciéndoles mal la ley, aquello era Francia, que las leyes estaban para cumplirlas, y que quien se beneficia de una sociedad libre y democrática debe acatar las reglas que permiten a esa sociedad seguir siendo libre y democrática. Así, todo transcurrió con normalidad. Al llegar al cole las chicas se quitaban el velo, o no entraban. Y oigan. No hubo un incidente, ni una declaración pública adversa. Políticos, imanes, alumnos. Ese día, todos de acuerdo: Francia. Y ahora imaginen lo que habría ocurrido aquí en el caso –si hubiese habido cojones para aprobar esa ley, que lo dudo– de prohibirse el velo en las escuelas públicas españolas. Cada autonomía, cada municipio y cada colegio aplicando la norma a su aire, unos sí, otros no, gobierno y oposición mentándose los muertos, policías ante los colegios, demagogia, mala fe, insultos a las niñas con velo, insultos a las niñas sin velo, manifestaciones de padres, de alumnos, de sindicatos y de oenegés lo mismo a favor que en contra, el Pepé clamando Santiago y cierra España, el Pesoe con ochenta y seis posturas distintas según el sitio y la hora del día, los obispos preguntando qué hay de lo mío, ministros, consejeros y presidentes autonómicos compitiendo en decir imbecilidades, Llamazares largando simplezas sobre el federalismo intrínseco del Islam, Maragall afirmando la existencia de un Mahoma catalán soberanista, Ibarretxe diferenciando entre musulmanes a secas y musulmanes y musulmanas vascos y vascas, y los programas rosa de la tele, por supuesto, analizando intelectualmente el asunto."
 

Por qué me gustaría ser francés

"Cada cual tiene el diablo que se merece
." 

El club Dumas (Madrid, Alfaguara, pág. 493. ISBN: 978-84-204-7199-0.)

"Odio a los cristianos que se han dejado matar en los circos romanos sin pelear. La lucha justifica la existencia del hombre. Un hombre que no lucha no es un hombre. Uno adquiere su dignidad enfrentándose a la enfermedad, al horror, a la soledad, a la estupidez. El hombre tiene la obligación moral de pelear contra todas las cosas negativas con las que la vida le rodea. La vida me ha hecho abandonar muchas cosas salvo el respecto por el valor. Entiendo por valor esa facultad humana de poder decir no, de negarse a rendirse, de luchar hasta el final por las convicciones. Luchar igualmente, sabiendo que en tu fusil ya no quedan cartuchos. La única verdadera virtud es el combate por la dignidad."
 

Articulo publicado en el "Magazine Litteraire", junio de 2000

"Porque somos un país de gilipollas gobernado desde hace siglos por mediocres, analfabetos y acomplejados. ¿Te parece que lo he dicho lo bastante claro?"
 

Encuentro digital en elmundo.es, 10 de marzo de 2006.

A la pregunta de ¿por qué los británicos han sido capaces de glorificar sus derrotas como la retirada de sir John Moore, Isandhlwana o Dunkerke y nosotros [los españoles] nos avergonzamos de nuestras victorias?

"Sin cultura (me refiero a cultura de verdad, a educación y a lucidez) no hay futuro posible. Los pueblos incultos, sobre todo los deliberadamente incultos, tienen un futuro problemático."
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"Creo que el peor daño social es la ignorancia aliada con la estupidez y el poder. En España, independientemente de ideologías, esa trilogía letal se da con desagradable frecuencia. A algunos basta oírlos expresarse para comprender que, no es que no hayan ni hecho el Bachillerato, es que alardean públicamente de ello."
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"El éxito tiene un par de ventajas y algunos inconvenientes. Los inconvenientes me los callo, pero en cuanto a las ventajas podríamos citar dos: me da la independencia de vivir como quiero y decir lo que quiero, y los maitres me dan mejores mesas en los restaurantes."
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"Cuando Héctor o Aquiles no tienen la suerte de morir en Troya, se convierten en Ulises intentando regresar a Ítaca bajo un cielo sin dioses, y llamándose Nadie para sobrevivir en la cueva del cíclope. Cualquier imbécil puede ser Héctor o Aquiles. Lo difícil es ser Ulises con una Troya ardiendo en la memoria. Ése es el héroe que me interesa, y con él escribo novelas. Quizá porque a mi edad soy más Ulises que Aquiles y yo también tengo sangre en las uñas y alguna Troya ardiendo a las espaldas. En realidad, todas mis novelas hablan sobre lo mismo: sobre ese Ulises, hombre o mujer, moviéndose por territorio hostil. Por territorio enemigo."
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"Mi vida ha sido desordenada y complicada. Se parece, cuando miro atrás, a una habitación donde esté todo revuelto. Escribir novelas es una manera de ordenar cajones y cerrarlos. Nunca estará ordenada del todo la habitación, pero eso la hace más habitable."
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"Lo recuerdo porque escribí un reportaje sobre eso. Fue el 4 de abril de 1977, en Eritrea, cuando amigos míos a los que admiraba violaron, mataron y saquearon. La pérdida de inocencia se debió a que ni siquiera en esas circunstancias pude dejar de considerarlos amigos míos. Ese día aprendí que lo de los malos y los buenos es un cuento de hadas, y que el ser humano es un individuo complejo, capaz de lo mejor y de lo peor." (Sobre el momento en que perdió la inocencia)
 

Encuentro digital en elmundo.es, 24 de marzo de 2010.

"Algo parecido a la Primavera de Vivaldi silbada por Jack el Destripador en plena faena. En tono bajito, casi íntimo." (Sobre el silbido de Gualterio Malatesta)
 

Twittervista para Twision en Veo7, 16 de Abril de 2010.

"Creo en varias cosas. Que la mejor puñalada se da en la ingle, de abajo arriba. En guerreros silenciosos y mujeres valientes. Creo en quienes toda su vida procuran pensar como griegos, pelear como troyanos y morir como romanos. Creo en que todos morimos solos y a ciegas. Y que para hacerlo con dignidad se requiere un largo entrenamiento. Creo en las piedras viejas y en los cuadros oscuros y en los atardeceres rojizos sobre el mar. Y en parejas jóvenes que se besan. Y creo en algunas otras cosas que no le contaré nunca."
 

(en Twitter, respuesta del día 15 de junio de 2010 a un usuario que le preguntaba en qué cree)

"Sigo creyendo que en el concilio de Trento España se equivocó de camino: mientras la Europa moderna apostaba por un Dios práctico, emprendedor, aquí fuimos rehenes de otro Dios reaccionario y siniestro, que nos hizo caminar en dirección opuesta al futuro mientras sus ministros proponían quemar, fusilar, prohibir, desterrar costumbres, libros, ideas y hombres. Mientras saboteaban constituciones, bendecían a generales carlistas o levantaban el brazo junto a caudillos paseados bajo palio. Y ahí siguen. Mezclando a Dios con las cosas de comer. Disputando arrogantes y pertinaces, a estas alturas de España, cualquier conquista del sentido común, la libertad y la vida."
 

Patente de corso: Sobre guillotinas y catedrales. XLSemanal 21 de junio de 2010. Disponible en: [1] (consulta 11/08/2010)

"Llámenla como quieran: Religión, Historia de la Religión, Historia religiosa de España, o de Europa. No sólo me alegro de que la estudien en los colegios, sino que, en mi opinión, debería ser obligatoria en todo plan escolar. Pero no como asignatura relacionada con la moral católica, ni la espiritualidad. El pecado, la salvación del alma y otros territorios adyacentes son cosa de cada familia, o del chico mismo, si tiene edad para elegir. Del interesado en el asunto. Allá cada cual con sus dioses y sus cíclopes. Yo hablo de equipaje lúcido. De cultura."
 

Patente de corso: Sobre guillotinas y catedrales. XLSemanal 21 de junio de 2010. Disponible en: [2] (consulta 11/08/2010)

"Siempre desconfío de quien no tiene (o dice no tener) enemigos. Caminar es elegir. Elegir es arriesgarse. Arriesgarse es pelear. No tener (oficialmente) enemigos requiere mucha capacidad de succión. Que también tiene su mérito."
 

en Twitter, respuesta del día 20 de noviembre de 2010 a un usuario que le dijo: "Los que no tienen enemigos no son de fiar”.

27 enero 2011

CAMILO JOSÉ CELA

                                                    Camilo José Cela, escritor 


por Ana Alejandre

Camilo José Cela Trulock , nació en la parroquia gallega de Iria Flavia, término municipal de Padrón (La Coruña) el 11 de mayo de 1916. Hijo de padre español y madre inglesa. Su nombre completo era Camilo José Manuel Juan Ramón Francisco de Jerónimo Cela Trulock.

Su infancia transcurrió en el lugar de nacimiento y afirma que en aquellos años fue inmensamente feliz, por lo que cuando le preguntaban qué quería ser de mayor él se ponía a llorar porque no quería ser nada, ni siquiera quería ser mayor.

Se trasladó a Madrid en compañía de su familia en 1925, porque su padre había sido destinado allí. Durante el bachillerato padeció tuberculosis, por lo que tuvo que ser internado durante dos años en el sanatorio de tuberculosos de Guadarrama. Allí fue cuando Cela, por el reposo al que se vio obligado, se dedicó a leer con fruición, dando rienda a su voracidad lectora.

En 1934 comienza sus estudios de Medicina en la Universidad Complutense de Madrid, aunque abandonó pronto dichos estudios para asistir como oyente a la Facultad de Filosofía y Letras en la que daba clases de literatura contemporánea el famoso poeta Pedro Salinas. Cela le muestra al profesor e insigne poeta sus primeros poemas que le deparar muchos elogios por parte de Salinas, quien le da innumerables consejos y estímulos para que continúe con su vocación literaria que fue un claro empuje para que el joven escritor se decidiera por la literatura como eje central de su vida.

En dicha facultad traba amistad con personajes como Alonso Zamora Vicente, la gran humanista y filósofa María Zambrano y al poeta levantino Miguel Hernández. Es a través de ellos como entra en contacto con el círculo intelectual del Madrid anterior a la Guerra Civil, en la que Cela intervino en el bando nacional. Durante la dura época de la guerra escribió su primera obra titulada Pisando la dudosa luz del día. A consecuencia de heridas recibidas en plena guerra tuvo que ser hospitalizado por segunda vez en su vida.

Posteriormente, en 1940, comienza los estudios de Derecho y también, en este mismo año, comienza a publicar. En 1942 aparece La familia de Pascual Duarte que constituyó un sonado éxito, a pesar de que la dureza extrema del tema que sirve de base a esta genial novela le provoca muchos problemas con la Iglesia y con la sociedad pacata de la época. Por ello, se prohíbe la segunda edición de la obra, por lo que termina siendo publicada en Buenos Aires.

Cela abandona los estudios de Derecho para convertirse en profesional de la literatura, consiguiendo el éxito rotundo y el prestigio que lo convierten en uno de los más importantes escritores españoles del siglo XX y principios del XXI.

Posteriormente, a principios de los cuarenta, contrae matrimonio con María del Rosario Conde Picavea y comienza a escribir su novela La colmena, una de sus obras más emblemáticas que es prohibida en años posteriores al ser publicada en Buenos Aires, en 1951. Además en esos años realiza dos exposiciones de pinturas suyas y publica Viaje a la Alcarria y el Cancionero de La Alcarria. Después, en 1956 aparece la revista Los papeles de San Armadans desde Mallorca, isla en la que se ha instalado y en la que vivirá durante un largo período de su vida. En ese año fue elegido para ocupar el sillón Q de la Real Academia Española y en la que ingresa leyendo un discurso que trata sobre el pinto Solana.Después de la muerte de Franco y debido a la llegada de la democracia, Cela comienza a tener un papel preponderante en la vida pública española, pero por motivos extraliterarios. Desde 1977 a 1979 fue designado por el Rey para ocupar un escaño en el Senado de las primeras Cortes democráticas y en su cargo de senador participó en la revisión del texto constitucional que había sido propuesto por el Congreso.

A pesar de su actividad como senador, Cela siguió publicando incansablemente y como había hecho a lo largo de toda su carrera literaria. De esta etapa son sus novelas Mazurca para dos muertos y Cristo versus Arizona.

En las dos últimas décadas de su vida obtuvo de forma continuada diversos homenajes, premios y reconocimientos de las instituciones académicas o públicas; pero eso no fue óbice para conseguir también innumerables críticas y originar polémicas por su peculiar y genial estilo como escritor y su personalidad inimitable.

Los premios más importantes de esa época son el Príncipe de Asturias (1987), el Nobel de Literatura (1989) y el Miguel de Cervantes (1995).

El 1991 contrajo un segundo matrimonio con Marina Castaño. En 1996, el Rey don Juan Carlos I le concedió el título de Marqués de Iria Flavia y el lema que Cela adoptó para el escudo de marquesado fue El que resiste, gana.

Falleció en Madrid el 17 de enero de 2002 y, según su segunda esposa, murió de forma plácida y sin darse cuenta.

Con la frase elegida por Cela para su escudo nobiliario , queda patente el talento genial de este escritor y su talante en el que brilla la voluntad firme e inquebrantable de seguir su vocación literaria hasta las últimas consecuencias, a pesar de los obstáculos, los enemigos que no le faltaron nunca, y la incapacidad de algunos para reconocer que Cela era y sigue siendo, porque su obra ha quedado como una joya del patrimonio literario y cultural español, uno de los más grandes escritores españoles de todos los tiempos.

"La colmena", de Camilo José Cela


La colmena
Camilo José Cela
Alianza Editorial, Madrid, 1998.

Esta novela, una de las más emblemáticas de Camilo José Cela, se sitúa en un café madrileño de la década de los cuarenta, y a través de sus personajes vamos conociendo las penurias de la época, recién terminada la Guerra Civil, además de sus propios problemas personales y, como telón de fondo de todo ello, se van reflejando las costumbres de la España de la posguerra.
Se puede vislumbrar en esta novela la estructura de otra obra célebre del siglo XX como es la de Mahattan Transfer, del escritor norteamericano John Dos Passos, en cuanto a que las diversas historias que se encuentran en esta novela americana van entretejiendo la trama narrativa, ofreciendo un claro mosaico de la vida de una comunidad que, como sucede en La Colmena, es la auténtica protagonista de la obra. Ello se pone de manifiesto en la intencionalidad de Cela que titula a la obra como una colmena en la que viven, conviven y malviven toda clase de personajes, algunos con toques intelectuales y otros patéticos, tristes, sin faltar la nota autoritaria que representa la dueña del café, doña Rosa, que conforman una galería de personajes con vida propia, pero que también son prototipos de una época y de una sociedad maltrecha por la guerra que había asolado al país y a las propias vidas de los ciudadanos.
Se puede afirmar, por ello, que La Colmena es una novela coral ya que está compuesta por las historias de muchas decenas de personajes, aunque siempre hay protagonistas y personajes secundarios, como sucede en obras de esta misma característica y, por ello, se puede hacer difícil la lectura por el entrecruzamiento de historias, vidas y situaciones, y por la mayor o menor importancia o interés que pueda despertar al lector todas ellas. Como toda novela coral hay pasajes mejor conseguidos que otros, ya que es imposible que una novela de esas características mantenga el mismo ritmo narrativo a lo largo de todas sus páginas.
Hay pasajes en las que el lector se queda con la incógnita de cuáles son las razones o motivos de ciertas situaciones que atraviesan algunos de los protagonistas, como puede ser la persecución policial que sufre el periodista o escritor Martin Marco y puede ser un recurso estilística del autor con el que brinda al lector la posibilidad de que piense o deduzca si es un problema político o, simplemente, delictivo. Con ese dejar a la imaginación del lector las múltiples posibilidades de las situaciones, Cela parece inaugurar la novela abierta, es decir, aquella en la que el escritor sugiere ciertas evidencias, pero dejando al lector que trate de construir un puzle con las piezas en forma de datos o indicios que el escritor apunta. Esta indefinición, que no se sabe si es voluntariamente buscada o sobrevenida en la escritura de Cela, se repite en otros personajes, como si Cela quisiera jugar con el misterio y empujara al lector a buscar las coordenadas que le expliquen el porqué de tantas incógnitas y de situaciones no definidas , lo que puede hacer la lectura de esta obra muy sugerente para cierto tipo de lector que no quiere que le den todo hecho y sí prefiere una cierta participación en la historia que lee y que en su imaginación recrea, lo que es otra forma de crear.

Por otra parte, la prosa es muy clara, sobria y ajustada en sus expresiones, estilo muy propio  de Cela que quiere huir de todas las florituras y busca la sencillez de la expresión, lo que le da una mayor contundencia y efectividad. No hay que negar que Cela, que fue el creador del estilo llamado “tremendismo”, es también un escritor de una prosa prodigiosa en su concreción, sencillez y dominio del lenguaje. Por ello, aunque describa las situaciones más atroces en su crudeza, utiliza un lenguaje claro en la exposición de las taras físicas, morales o psíquicas, pero sin regodearse en ello, ni caer en la brutalidad de la forma, sino sólo en el fondo. Aunque hay alusiones, y muchas, al sexo, Cela nunca cae en la vulgaridad, en lo zafio, y las alusiones a situaciones sexuales siempre están veladas por una cierta cautela y nunca de forma explícita. Esto se podría explicar por la censura que no permitía alusiones directas a los temas sexuales, políticos, sociales, etc. 

La colmena, pues, es una novela que refleja a la perfección la España triste, pobre y desolada después de la Guerra Civil, en la que aparecen reflejadas las mil y unas maneras de salir de la miseria que tenían al alcance los protagonistas de la novela y del mundo real como era el estraperlo, los trapicheos y la búsqueda de la propia supervivencia de todos los modos y maneras aunque no fueran demasiado legales ,y por ello, fue prohibida en España por la censura ya que la calificaban de pornográfica, inmoral, brutal y otras descalificaciones que demostraban que la novela reflejaba una realidad auténtica y no falseada que molestaba a las altas instancias del poder.

Esta novela ofrece muchos diálogos, muchos de ellos muy naturales, espontáneos, pero por eso mismo, pueden sonar al lector algunos de estos diálogos como un tanto arcaizantes en algunas de sus expresiones, por lo que no se debe olvidar que Cela es un clásico del siglo XX que se expresa en un castellano que tiene las resonancias de los escritores de la generación de 98, a la que algunos críticos lo han querido asimilar, a pesar de la diferencia de edad y estilo, y que el propio escritor ha rehusado. En su estilo se advierte, además, que, aunque ofrece muchas descripciones, son siempre muy concisas, con el propósito de configurar el escenario en el que se desarrollan las diversas situaciones, pero no convierten a éste en un protagonista más de la obra como sucede con las novelas de un realismo descriptivo del que Cela se aparta.

La colmena es una gran novela de un escritor que encontró, en la época en la que fue escrita, gran cantidad de cortapisas en forma de censura y condicionamiento político para dar rienda suelta a su innegable talento creador que se pone de manifiesto, a pesar de ello, en esta novela que es muy significativa en el conjunto de su obra y que constituye la expresión genuina del gran escritor que fue Camilo José de Cela.



14 octubre 2010

FRANCISCO AYALA



Francisco Ayala


Narrador, ensayista y crítico, nació en Granada en1906. Se licenció en Derecho .en la Universidad de Madrid en 1929. Por su excelente expediente académico obtuvo una beca para estudiar Filosofía Política y Sociología General en Alemania. De regreso a España, obtuvo el doctorado y comenzó a ejercer como catedrático de Sociología y Ciencias Políticas en la Universidad de Madrid, en cuya cátedra permaneció hasta el comienzo de la Guerra Civl en 1936. En aquella época colaboraba con la Revista de Occidente y la Gaceta Literaria.

.En 1935 nació su única hija, Nina y el comienzo de la Guerra le sorprendió viajando con su mujer e hija por Latinoamérica, por lo que regresó a España  con gran peligro de su vida, para ponerse al servicio del Gobierno de la República como funcionario público.

Una vez terminada la Guerra Civil, comenzó su exilio en Buenos Aires, ciudad en la que publicó algunas de sus obras, compaginando dicha labor con la docencia como profesor de sociología en la Universidad de la Plata desde 1939 hasta 1950. Además en esa época fundó la revista Realidad.

Posteriormente, se trasladó a residir  a Puerto Rico, ciudad en la que fundó la famosa revista La torre. Más tardé residió en Princeton, Nueva York y Chicago, ciudades  en las que fue profesor de literatura española.

Regresó  provisionalmente a España, en 1969 y ya de forma definitiva en 1980. Fue en 1998 cuando se creó la Fundación Francisco de Ayala como reconocimiento a la labor literaria del escritor. Dicha fundación tiene dos sedes: una en Sevilla y otra en Granada.

Sus primeras obras publicadas fueron Tragicomedia de un hombre sin espíritu (1925), Historia de un amanecer (1926), El boxeador y un ángel (1929) y Cazador en el alba (1930). Entre sus libros de narraciones breves destacan  El hechizado (1944); La cabeza del cordero, donde trata tema del exilio en el marco de exilios más remotos, como el de los moriscos, y Los usurpadores,. ambas de 1949

Posteriormente publicó,; Historia de macacos (1955), de carácter humorístico; De raptos, violaciones y otras inconveniencias (1966), que incluye “El rapto”, basado en el capítulo LI de la primera parte del Quijote; El jardín de las delicias (1971). También es autor de novelas como Muertes de perro (1958) y El fondo del vaso (1962).

Es autor además de ensayos literarios como La estructura narrativa (1970) y Novela española actual (1977).

La característica de la obra de Francisco  Ayala se podría definir  como el producto intelectual de la mirada crítica, siempre desde el distanciamiento, en la que predomina la ironía y la preocupación moral  que es el pilar fundamental de toda su obra, lo que algunos críticos lo consideran afin a algunos grandes clásicos del Siglo de Oro y también se encuentran en otros escritores intelectuales de su estilo, como Thomas Mann, Aldous Huxley y Ramón Pérez de Ayala.

En toda su obra, tanto la narrativa como la ensayística muestra una incansable y profunda búsqueda del sentido último de la realidad, ésta que forman los hechos cotidianos que conforman el tejido de la propia vida, del destino personal de cada individuo, pero también el de toda la sociedad y el significado que de este devenir puede ofrecer a cada ser humano como explicación de las fuerzas que interactúan en la sociedad y, en definitiva, el último y más trascendente significado de la propia existencia.

Ayala ha recibido a lo largo de su  extensa y prolífica carrera ha recibido los galardones, entre los que destacan el Premio Nacional de las Letras Españolas, en 1988, el Cervantes, el Príncipe de Asturias, en 1998, y el Premio Fernando Abril Martorell, en 2001; y ha sido nombrado Doctor Honoris Causa por varias Universidades, además de ser miembro de la más  Real Academia desde 1983 hasta su fallecimiento ocurrido el e de noviembre de 2009, en Madrid.



Bibliografía consultada:

Retratos y autorretratos de Francisco de Ayala, de  Rafael Suárea Rivera, Fundación JoseManuel Lara, 2006

En torno a Francisco Ayala, de Ricardo Landeira, Ediciones de Aquí, 2007

Francisco Ayala, el escritor en su siglo, de Luís García Montero, Diputación Provincial de Franada, 2009

Francisco Ayala y el mundo clásico,  de Inmaculada López Calahorro, Universiad de Granada, 2009

Francisco Ayala, sociólogo, de Salustiano de Campo Urbano, Instituto de Espña, 2007

28 octubre 2009

LUÍS MATEO DÍEZ

BIOGRAFÍA


Luis Mateo Díez nació el 21 de septiembre de 1942, en Villblino (León), localidad en la que su padre era funcionario del ayuntamiento, profesión que él escritor también ejerce, compatibilizándola con la de escritor.

Se trasladó la familia de Mateo Díez en 1954 a León. De su infancia en esa rica tierra leonesa y sus ricas tradiciones parece provenir la vocación de este escritor por la narración, tanto oral como escrita.

Cursó estudios de Derecho en Oviedo y Madrid y, en 1969, ingresó por oposición en el cuerpo Técnico del Ayuntamiento de Madrid, ciudad en la que reside desde entonces y en la que ejerce ambas profesiones; la administrativa y la literaria. Está casado y tiene dos hijos..Fúe copartícipe en la creación y redacción de la revista cultural Claraboya en colaboración con Agustín Delgado, Antonio Llamas y Ángel Fierro. En esa época publicó sus primeros poemas y en 1972 vió la luz la siguiente colección poética Señales de humo, aunque abandonó la poesía en beneficio de la narración, escribiendo una inmuerable obra compuesta por novelas y colecciones de relatos que se detallan en Blbliografía y en orden cronológico.

Esa ingente e incesante labor creativa ha consolidado su fama como uno de los escritores más importantes de la literatura española actual que se ha puesto de manifiesto en toda su obra: novela, cuentos, microrrelatos y otras de difícil catalogación en un género determinado porque son una mezcla de la memoria individual, la reflexión literaria, el ensayo, la ficción y el artículo.Se puede catalogar su literatura como una expresión buscada y sabia de la rica tradición oral de Castilla y León; pero su calidad literaria la hace trascender de un país y una época para alcanzar tintes universales, ya que es el creador de un mundo ficiticio; pero personal e instrasferible, en la narrativa contemporánea española. Su escritura es recia, sólida y con matices exquisitos en la elaboración de un lenguaje rico en metáforas que van configurando las historias profundamente reales en sus planteamientos vivenciales; pero que sobrecogen por su riqueza idiomática repleta de sugerencias y belleza poética.

A finales de los años setenta participó con Juan Pedro Aparicio y José María Merino en la invención del apócrifo común Sabino Ordás.Su obra literaria ha sido traducida a muchos idiomas y, alguna de ellas, también han sido adaptadas al cine. Así, el cuento "Los grajos del Sochantre" fue llevado al cine por J.M. Martín Sarmiento en la película El filandón, y su novela "La fuente de la edad" ha sido rodada por Julio Sánchez Valdés, en una versión para Televisión Española.Ocupa el sillón “I” de la Real Academia Española desde el 21 de mayo de 2001.

Bibliografía y premios de Luís Mateo Díez



BIBLIOGRAFÍA:




NARRATIVA:·

Memorial de hierbas (1973).Cuentos.·
Apócrifo del clavel y la espina (1977). Novelas cortas.·

Las estaciones provinciales (1982).·
La fuente de la edad (1986).·

El sueño y la herida (1987). Cuento.·

Brasas de agosto (1989). Cuentos.·

Las horas completas (1990).·

El expediente del náufrago (1992).·

Los males menores (1993). Cuentos y microrrelatos.·

Camino de perdición (1995).·

El espíritu del páramo.

Un relato (1996).·

La mirada del alma (1997).·

Días del desván (1997). Memorias noveladas.·

El paraíso de los mortales (1998).·

La ruina del cielo -Un obituario- (1999).·

Antología. Las estaciones de la memoria (1999).·

El árbol de los cuentos (1999). Cuentos.·

El pasado legendario (2000). Reúne El árbol de los cuentos, Apócrifo del clavel y la espina, Relato de Babia, Brasas de agosto, Los males menores y Días del desván.·

Lunas del Caribe (2000). Narrativa infantil.·

El diablo meridiano (2001).·

El oscurecer (un encuentro) (2002).·

El reino de Celama (2003). Reúne El espíritu del páramo, La ruina del cielo y El oscurecer.·

El eco de las bodas (2003). Novelas cortas.·

Las lecciones de las cosas (2004). Cuentos.·

Fantasmas del invierno (2004).·

El fulgor de la pobreza (2005). Novelas cortas.·

La gloria de los niños (2006).

Los frutos de la niebla (2008)

El animal piadoso (2009)

POESÍA:·
Teoría y poemas (1971) Con Agustín Delgado, Ángel Fierro y José Antonio Llamas, Equipo "Claraboya·

Señales de humo (1972).·
Parnasillo Provincial de poetas apócrifos (1975) Con Agustín Delgado y José María Merino


OTROS:·


Relato de Babia (1981).·

Las cenizas del Fénix (1985). Colección de artículos periodísticos.·

El porvenir de la ficción (1992). Colección de artículos de reflexión literaria.·

Valles de leyenda (1994).·

La línea del espejo (Un relato de personajes) (1998).·

Vista de Celama (1999).·

Las palabras de la vida (2000).·

Laciana. Suelo y sueño (2000).·

Balcón de piedra. Visiones de la Plaza Mayor (2001).·

La mano del sueño (Algunas consideraciones sobre el arte narrativo, la imaginación y la memoria) (2001).

Discurso de Ingreso en la RAE.


PREMIOS:·


Premio Café Gijón, 1972·

Premio Ignacio Aldecoa de cuentos por "Cenizas", 1976·

Premio de la Crítica, 1986 y 1999·

Premio Nacional de Narrativa, 1987 y

Premio Castilla y León de las Letras 2000.