Buscar este blog

Traductor

14 octubre 2010

La cebeza del cordero, Francisco Ayala


 Comentarios de una lectora








La cabeza del cordero
Francisco de Ayala
Alianza Editorial, 1998


En toda la obra de Francisco Ayala destaca la claridad del lenguaje que siempre va acompañada de una prosa rica en el uso de las palabras más adecuadas a la narración, pero con un estilo siempre diáfano por el que ha sido eliminado todo término superfluo que pudiera enredar el concepto que Ayala quiere expresar. Además, en sus narraciones hay como un intento sutil, pero evidente a todas luces, de investigar en profundidad, las posibilidades de cualquier obra narrativa y, especialmente, las coordenadas que tiene que seguir el escritor actual al enfrentarse con su nueva obra. 
Por ello, se aprecia en este autor un espíritu de autocrítica que permanece a lo largo de toda su obra como una constante en la que se fija el espíritu indagador de un escritor que, además de serlo, es un  profesor de derecho político y, por su formación académica y su dedicación a la docencia universitaria, está acostumbrado al rigor expositivo y a la claridad de conceptos, cualidades que traslada a su obra, tanto de narrativa como ensayística, creando de esta forma un nexo indisoluble entre la obra que está creando y la crítica implícita que está subyacente al propio texto. 
Este espíritu crítico posibilita que Ayala utilice elementos que ya parecen caducos y decadentes, pero que al utilizarlos parecen recobrar la vigencia y utilidad ya perdidas al haber sido remodeladas por el talento creador de un escritor que hacía suyo el lema “limpia, fija y da esplendor” de la Real Academia de la Lengua de la que era miembro. Esto produce un lenguaje rico, llano, directo y sin ningún tipo de artificios, usando el vocablo exacto y preciso, pero con ese sabor a lo que resulta conocido y que, por eso mismo, llega más directamente al lector.
En esta obra que sirve de objeto a este comentario, se puede decir que se observa el ella un elemento del que ya habló el propio narrador como es la presencia constante de la angustia como un telón de fondo de estos relatos que están localizados en la Guerra Civil, aunque la contienda sólo es el escenario vital en el que se desenvuelve los personajes, atrapados entre el horror y la tragedia que toda guerra conlleva. En estos relatos se puede advertir una diversidad de tesis sobre la propia contienda que puede hacer que unos sean preferidos a otros, pero en todos ellos la altura estética está lograda sin que exista merma de unos a otros.
En esta obra, La cabeza del cordero, el autor analiza el corazón humano a través de sucesos que pueden ser considerados nimios en cuanto a su importancia, pero fundamentales para que Ayala incida sobre él con la pericia de un cirujano que hunde el bisturí en el cuerpo del paciente para atajar y analizar su dolencia. Así Ayala, con claridad y limpieza, va desmenuzando los hechos narrativos, acercándonos a los mismos y convirtiendo la primera imagen en otra mucho más rica y fractal, con distintas facetas desconocidas y sorprendentes, porque su escritura de profunda sinceridad va arrancando aristas a lo que antes parecía una superficie plana  que se va convirtiendo en otra multidimensional, enriqueciéndose a medida que el talento de Ayala lo va perfilando con sus dotes narrativas y su espíritu indagador de la propia realidad de la narración como fenómeno creativo.
Esta obra, escrita en 1949 y publicada por primera vez en Buenos Aires, en plena posguerra, es un pretexto para que Ayala pueda hacer elucubraciones teóricas sobre la guerra civil y sus consecuencias, pero mostrando su talento narrativo que convierte a sus historias no solamente en eso, sino en un ejercicio ensayístico de hondo calado intelectual.
.Basándose en la observación del corazón humano y apoyándose (a veces muy de refilón) en motivos de la guerra civil, las novelas de Ayala cuentan entre las invenciones mejor construídas y más profundas de nuestra literatura viva. De su calidad da fe la profundidad del plano cordial e intelectual alcanzado: el auténtico fondo del problema. Su imaginación es de tal textura que cualquier incidente (la bondad del suceso lo hará más inmediato al lector, a la eventual experiencia del lector) resulta transformado por su juego, enriquecido por una serie de dimensiones cuyo calado antes no preveíamos y convertido así en un acontecimiento lleno de resonancias y de misterio. Esta palabra no surge de improviso. Justamente el gran don de Ayala es la capacidad de restituir a lo trivial su misterio, su capacidad para mostrarnos las cosas, no en su engañosa apariencia sin secreto, sino en su realidad arcana, empapadas en el gran misterio que llena la vida del hombre.

                           

28 octubre 2009

LUÍS MATEO DÍEZ

BIOGRAFÍA


Luis Mateo Díez nació el 21 de septiembre de 1942, en Villblino (León), localidad en la que su padre era funcionario del ayuntamiento, profesión que él escritor también ejerce, compatibilizándola con la de escritor.

Se trasladó la familia de Mateo Díez en 1954 a León. De su infancia en esa rica tierra leonesa y sus ricas tradiciones parece provenir la vocación de este escritor por la narración, tanto oral como escrita.

Cursó estudios de Derecho en Oviedo y Madrid y, en 1969, ingresó por oposición en el cuerpo Técnico del Ayuntamiento de Madrid, ciudad en la que reside desde entonces y en la que ejerce ambas profesiones; la administrativa y la literaria. Está casado y tiene dos hijos..Fúe copartícipe en la creación y redacción de la revista cultural Claraboya en colaboración con Agustín Delgado, Antonio Llamas y Ángel Fierro. En esa época publicó sus primeros poemas y en 1972 vió la luz la siguiente colección poética Señales de humo, aunque abandonó la poesía en beneficio de la narración, escribiendo una inmuerable obra compuesta por novelas y colecciones de relatos que se detallan en Blbliografía y en orden cronológico.

Esa ingente e incesante labor creativa ha consolidado su fama como uno de los escritores más importantes de la literatura española actual que se ha puesto de manifiesto en toda su obra: novela, cuentos, microrrelatos y otras de difícil catalogación en un género determinado porque son una mezcla de la memoria individual, la reflexión literaria, el ensayo, la ficción y el artículo.Se puede catalogar su literatura como una expresión buscada y sabia de la rica tradición oral de Castilla y León; pero su calidad literaria la hace trascender de un país y una época para alcanzar tintes universales, ya que es el creador de un mundo ficiticio; pero personal e instrasferible, en la narrativa contemporánea española. Su escritura es recia, sólida y con matices exquisitos en la elaboración de un lenguaje rico en metáforas que van configurando las historias profundamente reales en sus planteamientos vivenciales; pero que sobrecogen por su riqueza idiomática repleta de sugerencias y belleza poética.

A finales de los años setenta participó con Juan Pedro Aparicio y José María Merino en la invención del apócrifo común Sabino Ordás.Su obra literaria ha sido traducida a muchos idiomas y, alguna de ellas, también han sido adaptadas al cine. Así, el cuento "Los grajos del Sochantre" fue llevado al cine por J.M. Martín Sarmiento en la película El filandón, y su novela "La fuente de la edad" ha sido rodada por Julio Sánchez Valdés, en una versión para Televisión Española.Ocupa el sillón “I” de la Real Academia Española desde el 21 de mayo de 2001.

Bibliografía y premios de Luís Mateo Díez



BIBLIOGRAFÍA:




NARRATIVA:·

Memorial de hierbas (1973).Cuentos.·
Apócrifo del clavel y la espina (1977). Novelas cortas.·

Las estaciones provinciales (1982).·
La fuente de la edad (1986).·

El sueño y la herida (1987). Cuento.·

Brasas de agosto (1989). Cuentos.·

Las horas completas (1990).·

El expediente del náufrago (1992).·

Los males menores (1993). Cuentos y microrrelatos.·

Camino de perdición (1995).·

El espíritu del páramo.

Un relato (1996).·

La mirada del alma (1997).·

Días del desván (1997). Memorias noveladas.·

El paraíso de los mortales (1998).·

La ruina del cielo -Un obituario- (1999).·

Antología. Las estaciones de la memoria (1999).·

El árbol de los cuentos (1999). Cuentos.·

El pasado legendario (2000). Reúne El árbol de los cuentos, Apócrifo del clavel y la espina, Relato de Babia, Brasas de agosto, Los males menores y Días del desván.·

Lunas del Caribe (2000). Narrativa infantil.·

El diablo meridiano (2001).·

El oscurecer (un encuentro) (2002).·

El reino de Celama (2003). Reúne El espíritu del páramo, La ruina del cielo y El oscurecer.·

El eco de las bodas (2003). Novelas cortas.·

Las lecciones de las cosas (2004). Cuentos.·

Fantasmas del invierno (2004).·

El fulgor de la pobreza (2005). Novelas cortas.·

La gloria de los niños (2006).

Los frutos de la niebla (2008)

El animal piadoso (2009)

POESÍA:·
Teoría y poemas (1971) Con Agustín Delgado, Ángel Fierro y José Antonio Llamas, Equipo "Claraboya·

Señales de humo (1972).·
Parnasillo Provincial de poetas apócrifos (1975) Con Agustín Delgado y José María Merino


OTROS:·


Relato de Babia (1981).·

Las cenizas del Fénix (1985). Colección de artículos periodísticos.·

El porvenir de la ficción (1992). Colección de artículos de reflexión literaria.·

Valles de leyenda (1994).·

La línea del espejo (Un relato de personajes) (1998).·

Vista de Celama (1999).·

Las palabras de la vida (2000).·

Laciana. Suelo y sueño (2000).·

Balcón de piedra. Visiones de la Plaza Mayor (2001).·

La mano del sueño (Algunas consideraciones sobre el arte narrativo, la imaginación y la memoria) (2001).

Discurso de Ingreso en la RAE.


PREMIOS:·


Premio Café Gijón, 1972·

Premio Ignacio Aldecoa de cuentos por "Cenizas", 1976·

Premio de la Crítica, 1986 y 1999·

Premio Nacional de Narrativa, 1987 y

Premio Castilla y León de las Letras 2000.