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Rafael Sánchez Ferlosio
(Roma, 4 de diciembre de 1927) es un novelista y ensayista español, que estuvo
integrado al principio de su carrera literaria en el llamado realismo social de
la posguerra, movimiento literario en el que destaca su obra más importante “El
Jarama”.
Es hijo del escritor Rafael
Sánchez Mazas (señalado falangista que sufrió un frustrado intento de
fusilamento durante la Guerra Civil, hecho que fue descrito en la novela de
Javier Cercas en su novela “Soldadados de Salamina” en 2001) y de la italiana
Lucia Ferlosio.
En su ciudad natal vivió los
primeros años de su infancia por la corresponsalía de su padre que era también
cronista del diario ABC.
Al regreso familiar a
España, Rafael Sánchez Ferlosio estudió en el internado de los jesuitas de
Villafranca de los Barrios, y posteriormente, cursó los estudios preparatorios
para el ingreso en la Escuela de Arquitectura, aunque los abandonó para
estudiar filología semíótica en la Facultad de Filosofía de la Universidad
Complutense de Madrid en la que se doctoró.
En sus años universitarios
entró a formar parte de un grupo de jóvenes escritores que serían después
escritores muy importantes en la literatura española de mediados del siglo XX.
Con algunos de ellos, Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite (con la que contraería
matrimonio en 1954) y Jesús Fernández Santos, formaron un movimiento literario
conocido como la Generación del 50 y también como la Generación de los Niños de
la Guerra.
Sánchez Felosio comenzó a
publicar relatos, a finales de la década de los cuarenta, en varias revistas
españolas, dando así comienzo a su carrera literaria. Dirigió junto a Ignacio
Aldecoa y Alfonso Sastre la Revista Española, fundada en 1953 por Antonio
Rodriguez Moñino, aunque esta publicación dejó de publicarse en 1954. En ella publicó
Sánchez Ferlosio dos narraciones y la traducción de Totò, il buono, de Cesare
Zavattini A pesar del poco tiempo que duró esta publicación, sirvió para dar a
conocer a escritores desconocidos o con fama incipiente que años más tarde se
convertirían en figuras importantes de la literatura nacional, al publicar sus
relatos, incluso obras teatrales –como fue el caso de Juan Benet-, y artículos
del filósofo Manuel Sacristán.
Impulsado por su apasionado
interés por el cine, se matriculó en la Escuela Oficial de Cinematografía,
aunque abandonó estos estudios más tarde.
Aunque Sánchez Ferlosio fue
reconocido literariamente a nivel nacional e internacional con su emblemática
novela “El Jarama”, antes aludida, antes llamó la atención con el relato
“Industrias y andanzas de Alfanhui”. en 1951, en el que aúna los datos
autobiográficos y lo fantástico, con lo que consigue poner en entredicho lo que
consideramos realidad. Fue alabado por su depurado estilo y el novedoso
argumento que despertó un gran interés.
Su novela cumbre “El Jarama”
se integra en la corriente neorrealista de los años cincuenta y dio comienzo a
una destacada etapa de la novelística española. Esta novela fue ganadora del
premio Nadal, en 1955, premio de la Critica de 1957. El argumento de la novela
narra las dieciséis horas de un domingo cualquiera de verano orillas del río
homónimo del título de la novela. El autor describe el propio universo juvenil
a través de su diálogos en los que se encuentran sus peculiares modismos y
giros coloquiales propios de la época. Esto convierte a esta novela en un
ejemplo de la llamada “novela magnetofón”, es decir, novela objetiva que carece
de narrador y sólo expone la conducta externa de sus personajes, recurso
estilístico novedoso para el año en el que fue escrita.
Por la resonancia que obtuvo
esta novela, supuso el reconocimiento de Sánchez Ferlosio entre los más
importantes escritores de aquellos años y tuvo una gran influencia en la
literatura española de la segunda mitad del siglo XX.
Después de unos años de
silencio, Sánchez Ferlosio volvió a publicar otras novelas y obras dirigidas al
público infantil y juvenil, pero especialmente ensayo, género en el que ha
destacado siempre.
Fue de este género
ensayístico su obra “Las semanas del jardín”, de tema fundamentalmente
literario, obra de reflexión crítica sobre los recursos y técnicas narrativas.
Volvió a la novela con el
título El testimonio de Yarfoz (1986), novela con la que quedó finalista del
Premio Nacional de literatura, modalidad de narrativa. También, en dicho año,
publicó “La homilía del ratón”, colección de artículos; “El ejército nacional”,
y el extraordinario ensayo que cuestiona el concepto de progreso “Mientras no
cambien los dioses, nada habrá cambiado”, y “Campo de Marte•.
En los siguientes siguió
publicando otras obras de ensayo como son los títulos “Ensayos y artículos”
(1992) y “Vendrán más años malos y nos harán más ciegos “(1993), compuesto por
una variedad de textos varios y dispersos (epigramas, aforismos, fábulas,
versos,) que contravienen lo establecido y las ideas convencionales . Por esta
obra obtuvo el Premio Nacional de Ensayo y el premio Ciutat de Barcelona en
1994.
Obras posteriores son “El
alma y la vergüenza” (2000), “La hija de la guerra y la madre de la patria”
(2001) y “Non olet” (2003). Es autor, también, de poesía, relatos “Y el
corazón, caliente” (1961), “Dientes, pólvora, febrero” (1961) y de obras de
narrativa infantil “El huésped de las nieves” (1982), “El escudo de Jotan”
(1989).
A su labor creadora hay que
sumar la periodística que ha llevado a cabo intensamente, colaborando en la
revistas El Urogallo, Claves de Razón Práctica, Cuadernos Hispanoamericanos y
Revista de Occidente y en los diarios Arriba, ABC, El País y Diario 16, entre
otros. Dicha actividad le ha supuesto obtener los más importantes premios
periodísticos como son el Francisco Cerecedo de la Asociación de Periodistas
Europeos (1983), el Mariano de Cavia (2002) y el Francisco Valdés (2003).
Según el propio Sánchez
Ferlosio, sus referentes literarios e influencias más importantes son las de
los escritores a Max Weber, T. W. Adorno y Karl Bühler.
Entre otras distinciones
recibidas es Doctor honoris causa por la Universidad La Sapienza de Roma y por
la Universidad Autónoma de Madrid. Sus obras han sido traducidas al inglés,
francés, alemán, italiano, ruso y al chino, entre otras lenguas. En 2004 le fue
concedido el Premio Cervantes, el más importante de las letras españolas como
reconocimiento a su “espíritu libre” y a su “trabajo como narrador y
ensayista”.
En ese mismo año, salieron
publicadas sus últimas obras “El geco. Cuentos y fragmentos”, recopilación de
textos fechados entre 1956 y 2004, siendo inédito uno de ellos; “Los príncipes
concordes”, y “Un escrito sobre la guerra”, publicado en la colección de
inéditos del Instituto Cervantes.
En la actualidad reside en Madrid, aquejado de una grave
dolencia de visión, aunque no ha dejado de escribir.