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06 noviembre 2019

JAVIER CERCAS

Javier Cercas, escritor

Javier Cercas

el escritor que ha sabido crear la novela testimonio, con límites difusos entre la realidad y la ficción.


Ana Alejandre

Javier Cercas Mena, escritor español, nacido en Ibahernando (Cáceres),en 1962, aunque después, se trasladó con su familia a Gerona, cuando solo contaba cuatro años. En dicha ciudad estudió en el colegio de los maristas. Desde sus años de adolescencia se sintió especialmente atraído por la literatura y el cine, lo que fue el origen de su vocación literaria.Más tarde, estudió filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde se licenció en 1985, y después obtuvo el doctorado en dicha especialidad en la Universidad de Barcelona.

Posteriormente, estuvo trabajando durante dos años en la Universidad de Illinois, Urbana-Champaign (UIUC) y durante esos años escribió su primera novela. El móvil (1987). A partir de 1999, ejerció como profesor de literatura española en la Universidad de Gerona, y comenzó a colaborar con sus artículos y reseñas en varios periódicos. En la actualidad, colabora habitualmente en la edición catalana del suplemento dominical del diario El País.

El éxito le llegó en 2001 con su novela “El soldado de Salamina”, obra que le valió el reconocimiento a nivel mundial, y por la que recibió numerosas y excelentes críticas de escritores tan prestigiosos y diferentes en sus obras e ideologías como Mario Vargas Llosa,  J. M. Coetzee, Doris Lessing, Susan Sontag y George Steiner. Gracias al éxito de ventas de esta obra, pudo dedicarse únicamente a escribir, dejando su trabajo docente. A esa novela le siguieron otras como son “La velocidad de la luz” (2005), obra que volvió a validar su talento literario y considerada como libro del año por La Vanguardia y la revista Qué Leer y fue reconocida con varios premios. A esas obras le siguieron “Anatomía de un instante” (2009) en la que analiza la figura de Adolfo Suárez, a partir del golpe de Estado, ocurrido el 23 de febrero de 1981, por la que recibió el Premio Nacional de Narrativa 2010.; “Las leyes de la frontera (2012),” El impostor” (2014), y “El monarca de las sombras” (2017). En todas ellas se advierte el profundo interés que muestra su autor tanto por la Guerra Civil, como por la Transición que posibilitó la consolidación de la democracia

.La novelística de este autor está basada, de forma evidente, en la llamada novela testimonio, basada en hechos reales y otros de ficción, sin que se pueda saber dónde están los límites entre unos y otros. Hasta el momento, ha sido traducida su obra a más de veinte lenguas, y Cercas también ha traducido a autores contemporáneos catalanes y a H.G. Wells.

En relación con el proceso de creación, según declaraciones del propio autor, y aunque sus novelas son todas distintas, tienen el nexo común de que su inicio siempre ofrece una pregunta, y la narración intenta una búsqueda de posible respuesta que no logra hallar, por lo que la respuesta ansiada termina siendo, en sí misma, la pregunta inicial. También, afirma que de cada obra solo tiene al principio del proceso de escritura una idea muy vaga y sin detalles de su desarrollo y que sólo lo va perfilando a medida que avanza en la narración.

 Sus obras siempre tienen como escenario narrativo el entorno urbano. Transcurren siempre en el presente o un pasado cercano y están matizadas de un cierto tono humorístico, a pesar de una fuerte y evidente línea de pensamiento izquierdista. Sin embargo, a pesar de su ideología, es crítico con la situación actual de la izquierda en España, como igualmente se muestra totalmente contrario al régimen franquista, lo que le ha supuesto muchas polémicas con otros autores, por las supuestas responsabilidades del Régimen y de la Transición.

Todo esto, aún siendo hijo de un Guardia Civil y falangista, no está a favor de los nacionalismos, por considerarlos fruto de la pasión y no del raciocinio, y esta actitud antinacionalista también le ha servido para polemizar con otros escritores e historiadores; así como ha criticado de forma directa a los simpatizantes de ETA. Además, se ha mostrado a favor de una Europa federada o confederada. También, se confiesa ateo y anticlerical, aunque está muy interesado en la política del Estado del Vaticano.

Aunque rechaza los nacionalismos, sí admite el separatismo porque es una cuestión política, movimiento al que se uniría si le demostraran que el hecho de separarse de España sería beneficioso tanto para Cataluña como para el País Vasco. Lo cual viene a demostrar que detrás del “tema político”, como llama al independentismo, siempre subyace el tema económico que es el eje alrededor del cual gira todo movimiento independentista. “Poderoso caballero es Don Dinero”, como decía Quevedo hace cuatro siglos. La cuestión a dilucidar es dónde termina el nacionalismo y empieza el independentismo, porque uno y otro movimiento siempre persiguen la independencia y, en lo único que se diferencian, es que el nacionalismo está dominado por la pasión y no mira tanto la conveniencia como el separatismo, que usa la razón y le mueve el interés, lo que hace al nacionalismo más simpático y menos repelente que el pragmático separatismo, ante las miradas de los no nacionalistas ni separatistas.

 Según afirma el propio autor, toda novela es siempre autobiográfica, aunque debe, también, ofrecer una vía de liberación, a modo de catarsis. Esto implica en su tarea de escritor, una determinada construcción de la estructura y en el modo de narrar las historias. Esta fórmula ha sido celebrada por muchos, pero también criticado por otros que reclaman una mayor nitidez y claridad que permitan ver dónde termina la ficción y comienza la realidad, sin posibilidad de confusión alguna.

Como lector dice preferir las “novelas fáciles de leer y difíciles de entender”, como es el caso de Don Quijote de la Mancha, que es su novela preferida. En sus influencias literarias reconoce a Jorge Luís Borges como uno de los autores que le han marcado profundamente y al que empezó a leer cuando solo tenía catorce años. También, admite que los dos autores más importantes de la literatura universal, a su juicio, son el mencionado Borges y Franz Kafka, dos escritores muy diferentes entre sí, al igual que sus respectivas obras, pero de indudable calidad literaria ambas.