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30 marzo 2018

PRIMAVERA CON UNA ESQUINA ROTA, DE MARIO BENEDETTI

Mario  Benedett


Primavera con una esquina rota
de Mario Benedetti
Alfaguara,2007


Esta colección de más de cuarenta relatos tiene como figura protagonista el exilio y al exiliado. Fue publicada por vez primera en España en 1987 y ha sido sucesivamente reeditada por Alfaguara, porque en estos relatos cortos, cortísimos algunos, se encuentra al mejor Benedetti, el poeta que escribe ficción con el lenguaje sencillo y poético de quien tiene las armas bien afiladas y la mirada aguda de todo poeta para retratar el día a día de cada exiliado en forma de distintas narraciones en los que sus protagonistas se encuentran inmersos en la lejanía de la patria abandonada y el enfrentamiento diario a una nueva vida en otro país, pero llevando consigo, como equipaje ineludible, la nostalgia.

El lenguaje de Mario Benedetti está hecho de frases cortas y párrafos igualmente poco extensos, desprovisto de cualquier deseo de retórica y de descripciones superfluas, pero en su concisión y lenguaje directo está el secreto de su estilo inconfundible que denota a uno de los mejores narradores en lengua hispana.

En estos relatos el asunto no importa tanto como la visión nostálgica, escéptica y desengañada del narrador que utiliza a los diversos personajes para encarnar una situación en tiempo real ,o extendida a lo largo de varios meses o años, para explicar lo que él mismo vivía en sus años de exilio de Uruguay, después del golpe militar. Su mirada perpleja, aunque lúcida en cuanto a los razones que llevaron a este país a pasar de una democracia a una dictadura, no le exime de sentir la amargura de quien mira, comprende y no puede hacer nada para evitar la catástrofe en la que muchos millones de personas vieron naufragar sus vidas,

Las situaciones y los diálogos ilustran el sentimiento compartido de unos personajes que se encuentran  sumidos en el drama de un exilio interior o exterior, porque de una forma u otra, todos ellos sufren las convulsiones políticas que trastocaron sus vidas y las sumen en la profunda conmoción que conlleva el sentirse perseguido, hostigado y en peligro por unas ideas políticas o, en el caso de Benedetti y tantos otros uruguayos, obligados a abandonar su país para buscar la libertad que se les niega en su propia patria.

Las reflexiones de los personajes, sus diálogos y la minuciosa descripción de los sentimientos que afloran en estas narraciones, convierten a este libro en un exponente magnífico de la desencantada mirada de un escritor que conoce de lo que habla y reflexiona sobre el mundo caótico que lo rodea, pero no sólo en lo relativo a los acontecimientos políticos, sino en el propio e íntimo universo personal que sabe recrear de forma lúcida que emociona al lector por la cercanía de unos personajes que, aunque hablan con los giros propios de su país, nos parecen muy próximos en su humanidad frágil y en su propio dolor que es común a todos los seres humanos.

Libro aconsejable para quienes deseen conocer a Mario Benedetti y algunas de las claves de su propia obra.

POEMAS DE MARIO BENEDETTI

Mario Benedetti


 Ausencia de Dios

Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora qué miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que dios se muere, se resbala,
saber que dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Como siempre

Aunque hoy cumplas
trescientos treinta y seis meses
la matusalénica edad no se te nota cuando
en el instante en que vencen los crueles
entrás a averiguar la alegría del mundo
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre las fobias
o desarbolás los nudosos rencores

buena edad para cambiar estatutos y horóscopos
para que tu manantial mane amor sin miseria
para que te enfrentes al espejo que exige
y pienses que estás linda
y estés linda

casi no vale la pena desearte júbilos y lealtades
ya que te van a rodear como ángeles o veleros

es obvio y comprensible
que las manzanas y los jazmines
y los cuidadores de autos y los ciclistas
y las hijas de los villeros
y los cachorros extraviados
y los bichitos de san antonio
y las cajas de fósforo
te consideren una de los suyos

de modo que desearte un feliz cumpleaños
podría ser tan injusto con tus felices
cumpledías
acordate de esta ley de tu vida
si hace algún tiempo fuiste desgraciada
eso también ayuda a que hoy se afirme
tu bienaventuranza

de todos modos para vos no es novedad
que el mundo
y yo
te queremos de veras
pero yo siempre un poquito más que el mundo.


Defensa de la alegría

a Trini

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegía como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.


Desde el alma

Vals

Hermano cuerpo estás cansado
desde el cerebro a la misericordia
del paladar al valle del deseo
cuando me dices/ alma ayúdame
siento que me conmuevo hasta el agobio
que el mismísimo aire es vulnerable

hermano cuerpo has trabajado
a músculo y a estómago y a nervios
a riñones y a bronquios y a diafragma

cuando me dices/ alma ayúdame
sé que estás condenado/ eres materia
y la materia tiende a desfibrarse

hermano cuerpo te conozco
fui huésped y anfitrión de tus dolores
modesta rampa de tu sexo ávido

cuando me pides/ alma ayúdame
siento que el frío me envilece
que se me van la magia y la dulzura

hermano cuerpo eres fugaz
coyuntural efímero instantáneo
tras un jadeo acabarás inmóvil

y yo que normalmente soy la vida
me quedaré abrazada a tus huesitos
incapaz de ser alma sin tus vísceras